jueves, 9 de septiembre de 2010

De cuerpo entero


No fue fácil, no, pillar a las Anhingas de cuerpo entero. La verdad es que ocasiones no faltaban, pero siempre fallaba algo. O estaban muy altas con cielos muy sosos y a contraluz o se pegaban como lapas al manglar y era imposible aislarlas del fondo. Además, al ser un ave relativamente grande, había que cerrar bastante el diafragma para que entrasen en foco al completo.

De entre todo lo que saqué ese día de principio me quedo con las dos que ilustran este post.