Esto del primer post siempre es algo un poco liado. Supongo que, con el paso del tiempo, uno se va soltando progresivamente y logra eliminar ese efecto confesionario que genera la pantalla del ordenador.
Bueno, al grano. No pretendo gran cosa con este blog. Si acaso lo que refleja el título: ordenar un poco mi desorden (mental y fotográfico). Poco más.
Hay pocos sitios donde esté a gusto. Espero que éste sea un de ellos. También disfruto paseándome por Caborian. Allí encontré una filosofía aplicada a la fotografía que fuerza la autocrítica personal. Sin tapujos. A veces con mejor fortuna que otras. Pero siempre con interés. Les debo mucho.
Allá vamos...
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