viernes, 2 de septiembre de 2016

Partido por la línea de crujía...


Unos meses atrás me lamentaba de una avería en el cuerpo de la cámara...¡¡quién me iba a decir que lo siguiente sería una avería en el cuerpo del fotógrafo!!.

Hace quince días me levanté de una mesa y el cuerpo dijo que no. Que no más. Y empezó una pesadilla distinta que no se ni dónde, ni cómo, ni cuándo acabará.

El diagnóstico es hernia discal y el pronóstico es dudoso. Así que ahí estamos. Inmovilizados e intentando convalecer para evitar una operación quirúrgica (aunque mucha pinta de mejora el asunto no tiene). Da un poco de miedo lo que el futuro pueda llegar a ser y, en cuanto a la fotografía de aves, y sabiendo lo exigente que es con la espalda, como que ni quiero planteármelo.

El suceso fue un día después de una salida en barco a la busca de aves marinas. Una jornada de diez horas, con niebla y buen tiempo en la que la compañía y las risas fuero lo más positivo, satisfactorias las observaciones (con un buen número de especies) y, como siempre, escaso bagaje fotográfico (sólo achacable al que suscribe).

Dio tiempo, entre otras, de fotografiar con discreta fortuna esta Pardela balear (Puffinus mauritanicus) que visto lo visto, será la última especie que fotografío en mucho tiempo. La guardaré como un tesoro, esperando tiempo mejores. Y, entretanto, habrá que tirar de archivo...Mientras añoraré la luz de un atardecer en Latrabag y la aspereza salina de Hermaness (siempre en la compañía de Cholo).

Un saludo. Os veo cualquier día en el campo...


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